La maldición de Misuzu está empeorando. Al poco tiempo, ella olvida quien es Haruko y empieza a actuar extraño, jugando a las cartas consigo misma y rechazando ir al aire libre. Haruko está deprimida, pero intenta duramente restaurar la memoria perdida de Misuzu. Aparece el padre biológico de Misuzu y trata de quitársela a Haruko. Decide dejar que Misuzu elija con quien vivir. Haruko, desesperada por causa de la pérdida de memoria de Misuzu, le pide al padre de esta que le deje conservar a Misuzu tres días más con lo cual él está de acuerdo.