Tía Dete llega de Frankfurt, con la intención de traer a Heidi de nuevo a sí misma porque ella ha encontrado a una familia de un comerciante rico dispuesto a recibirla y darle una educación adecuada. Después de una larga e infeliz discusión, el abuelo se niega a dejarla, pero Dete en una estratagema logra tomar a su nieta, haciéndole creer que la llevaría a casa antes de la noche. Pedro y su abuela todavía confían en esta partida repentina, y el muchacho culpando al abuelo de Heidi para dejarla ir sin decir una palabra, llorando en la montaña más grande.