El 30 de julio de 1995, Josep Montané, conocido por todos como Sansa, aparece muerto en su casa de Tor. Solo hace cinco meses que el juez de Tremp le ha hecho dueño único de toda la montaña, algo que no gusta al resto de copropietarios, las trece familias que tienen casa en el pueblo. Miquel Aguilera, quien durante un tiempo vivió con la víctima y, además, le hizo de guardaespaldas, es a quien señalan, enseguida, como autor del crimen por el único hecho de que le han oído cómo le amenazaba de muerte.