Un cortejo de mujeres vestidas de negro se dirigen al cementerio, bajo un sol abrasador, apretando contra su cuerpo fotos de sus esposos, padres o hijos. Todas comparten el mismo dolor, consecuencia de una guerra funesta e inútil. Al llegar a la entrada del cementerio, el cortejo se divide en dos grupos: uno musulmán y otro cristiano. En un país destrozado por la guerra, estas mujeres muestran la inquebrantable determinación de proteger a sus familias de toda clase de amenaza exterior. Con ingenio, inventando estratagemas esperpénticas, intentarán distraer la atención de los hombres para que olviden el rencor.