A los cuarenta años, el boxeador Steve Landry (Mathieu Kassovitz) ha perdido más peleas que las que ha ganado. Pero antes de colgar sus guantes para siempre, acepta una oferta que muchos han rechazado: ser el compañero de entrenamiento del campeón emergente Tarek M'Bareck. Una última oportunidad para deslumbrar a su esposa y a sus hijos.